El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido su promesa y ha subido los tipos de interés otros 50 puntos básicos en su reunión de este 16 de marzo, a pesar de la tormenta que ha desatado en el mercado en los últimos días la intervención en EEUU de dos entidades bancarias el pasado fin de semana y el desplome bursátil de la banca europea ante el temor de que Credit Suisse protagonizara una réplica en Europa.
Desde el anterior cónclave del Consejo de Gobierno, celebrado el pasado 2 de febrero, varios altos cargos de la máxima autoridad monetaria y financiera en la eurozona habían adelantado sus intenciones de aplicar un aumento de 50 puntos básicos, hasta dejar el precio del dinero en el 3,5%, máximos desde octubre de 2008. Y así ha sido, a pesar de que el mercado estaba barajando en los últimos días un aumento más moderado ante el nuevo foco de incertidumbre bancaria.
A pesar de ello, los economistas y analistas consultados por idealista/news afirman que el BCE no va a tener más remedio que seguir encareciendo el precio del dinero, ya que la inflación está siendo más difícil de doblegar de lo esperado, y creen que el techo de los tipos de interés estará alrededor del 4,5%, un punto por encima de sus niveles actuales. El único gran cambio que prevén a partir de ahora es una posible menor intensidad de las futuras subidas de los tipos de interés y que la institución mande al mercado unos mensajes más contenidos, sin anticipar movimientos monetarios futuros que puedan comprometer sus decisiones.
Conviene recordar que la principal misión de los bancos centrales es garantizar la estabilidad financiera y de los precios, entendido como tal que la tasa de inflación se encuentre en torno al 2%, muy por debajo de los niveles actuales a ambos lados del Atlántico.
En la eurozona, los precios también se están moderando, pero cuadruplica el objetivo del BCE. Según la oficina de estadísticas comunitaria Eurostat, en el segundo mes del año la inflación se situó en el 8,5%, una décima por debajo de enero, y encadenó cuatro meses consecutivos de desaceleración. En cambio, la tasa subyacente, que excluye el efecto de energía y alimentos, batió récord al alcanzar el 5,6%.
Las nuevas previsiones del BCE apuntan a que, de media, la inflación en la zona de la moneda común se situará en el 5,3% en 2023; en el 2,9% en 2024 y en el 2,1% en 2025. Por tanto, y como recalca el organismo, 'se prevé que la inflación seguirá siendo demasiado alta durante demasiado tiempo'.